Los difusores de aroma son perfectos para mejorar el ambiente de cualquier estancia. Gracias a su sencillo funcionamiento se pueden ocultar olores, esparcir otros nuevos, crear ambientes agradables y modificar la sensación que transmiten los espacios.
Estos han estado anteriormente más cercanos a terapias alternativas, herbolarios o espacios relacionados con la meditación; sin embargo, su función principal ha logrado que con el tiempo lleguen también a otro tipo de clientes que únicamente quieren mejorar el ambiente de sus hogares.
Existen distintos tipos de difusores de aromas, aunque se puede adelantar que suelen ser pequeños, de diseño moderno y con una larga vida de uso.
En este artículo vamos a ver todo lo que se refiere a los difusores de aroma, desde los tipos que existen a los pequeños detalles a tomar en cuenta,
Tipos de difusores de aroma
Es importante realizar un apunte previo, un difusor de aroma no es un humidificador, aunque existan dispositivos que realizan las dos funciones. Mientras que el primero tiene como objetivo esparcir un aroma que se haya elegido por la estancia, un humidificador lo que hace es aumentar la humedad del lugar, o crearla en el caso de que sea mínima. Es importante conocer esta diferencia porque la confusión es bastante habitual.
En cuanto a los difusores de aroma, tal como veremos, normalmente suelen tener un diseño que varía en gran medida según quién sea el fabricante. En general se puede afirmar que suelen tener un aspecto agradable y equilibrado, que no olvida en ningún momento que muchos lo utilizan para relajar el ambiente.
Difusores eléctricos
Existen dos factores que diferencian con claridad a unos difusores de otros: que sean eléctricos o no, y el uso con o sin agua. A partir de ahí es cuando se puede empezar a elegir uno.
Difusores con agua
La principal diferencia entre los que tienen agua y los que no, está en un aspecto que suelen desconocer los que nunca han utilizado uno de estos dispositivos: la niebla que sale de él.
Además del mismo olor del aceite que va vaporizándose, la niebla es un elemento más estético que práctico que suele gustar a muchos usuarios y que ayuda a transmitir una sensación de calma y mejorar el ambiente a la hora de disfrutar de los beneficios que ofrecen este tipo de difusores a la hora de mejorar el ambiente.
Los brumizadores son los difusores ultrasónicos o atomizadores que expulsan el agua en forma de humo y el aceite mediante micro gotas que salen gracias a los ultrasonidos. No hay necesidad de calentarlos, mediante una misma vibración causa ese efecto y dispersión. Son los más populares, sencillos y seguros.
Cómo funcionan los difusores
Una vez conocemos los tipos de vaporizadores que existen vamos a ver cómo funcionan exactamente estos. Un aspecto importante que se debe tomar en cuenta es que hay que seguir las instrucciones, ya que son importantes para que se utilicen las medidas justas y aprovecharlos al máximo.
Con las medidas nos referimos a las cantidades que se deben utilizar de agua o aceite.
Difusor eléctrico con agua Brumizador
Con estos difusores suele ser esencial utilizar las cantidades exactas de agua y aceite para no impregnar la habitación de demasiado olor, o demasiado vapor sin olor. Conseguir el equilibrio adecuado es esencial para un buen uso. Además de evitar que se obturen los filtros.
Tras llenar los distintos dispositivos, al empezar a funcionar utiliza unos ultrasonidos desde la parte inferior que se encargan de hacer que el dispositivo vibre y disperse los aromas y el vapor.
En ocasiones también se calienta a causa de la resistencia que suelen llevar algunos, pero rara vez existen posibilidades de quemarse, aunque os volvemos a recomendar que no se toque nada más apagarse. Del mismo modo, es esencial que al encenderse estén el agua y el aceite ya repartidos.
Difusor eléctrico sin agua Nebulizador
El funcionamiento de estos difusores es mediante un sistema de bombeo que dispersa directamente los aceites sin mezclarlos con ningún tipo de agua o líquido. Basta con insertar el aceite en la zona especialmente diseñada para ello y encenderlo.
Al bombear el aceite irá vaporizándolo lentamente. El aroma es distinguible de los difusores con agua, más puro y duradero. Desprende en el aire nano partículas olfativas que van recorriendo los espacios del hogar o negocio de una manera sutil empujado por las mismas corrientes de aire.
Estos difusores de aroma siempre han estado asociados a personas que practican la aromaterapia. Quienes buscan utilizarlo con este tipo de enfoque lo asocian sobre todo a los efectos que producen los olores al relajar el organismo, reducir el estrés y aportar una sensación más agradable en lo que respecta a estar en casa. Aunque también hay personas que afirman utilizarlo para curar otro tipo de malestares y enfermedades.
Pero más allá de cualquier opinión, lo cierto es que, al igual que ocurre con las velas aromáticas o las mismas flores, los olores pueden servir para calmar, abstraer y transmitir la sensación de estar en un lugar distinto, más tranquilo.
¿Dónde colocar el difusor de aroma?
Aunque cada hogar es un mundo y las preferencias siempre dependen de los usuarios, lo cierto es que existen una serie de concordancias que se dan a la hora de utilizar estos dispositivos. La primera de ella es el lugar donde se suelen poner.
Hay tres preferencias habituales y que son recomendable en función de para qué se utiliza el difusor.
En la entrada de casa o acceso principal de un negocio es el lugar idóneo para aquellos que buscan que el difusor de se encargue de transmitir un olor de forma constante. Lo primero que consigue es impactar con el aroma nada más acceder a la casa. Además la entrada suele ser el sitio desde el que se puede distribuir su efecto por todo el espacio.
La sala de estar es el lugar más común para los que lo encienden en momentos concretos y desean disfrutar del aroma en sus ratos de descanso, tras la cena, al dormir la siesta en el sofá… El salón de la casa suele ser el espacio más dado a ser aromatizado.
Respecto al dormitorio, las personas que se relajan con estos difusores suelen utilizarlos en estas habitaciones a la hora de dormir. La posibilidad de conectarlo e ir sumiéndose en el sueño suele ser muy utilizada, aunque lo mejor es utilizar un difusor con temporizador o que se sepa que se va a apagar pronto.
Pero independientemente del espacio en el que se decida colocar, una recomendación habitual es que se coloque en una zona alta, donde el olor se irá distribuyendo y esparciendo con mayor facilidad. Si se enciende el difusor durante un corto espacio de tiempo, puede ponerse en la mesa o la mesilla del dormitorio, pero si se desea trasladar la sensación del aroma por un espacio más grande, que esté en un punto alto siempre es una buena ayuda.
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Se puede utilizar este difusor de aromas en función del hogar, pero también sirve para negocios donde se quiera relajar a clientes y trabajadores. Tiene distintas intensidades de niebla que aportan un plus a su versatilidad.